Las playas de Papagayo, situadas en el extremo sur de Lanzarote, son un auténtico paraíso natural dentro del Parque Natural de Los Ajaches. Esta área protegida alberga algunas de las playas más espectaculares de la isla, caracterizadas por sus aguas cristalinas de color turquesa, arenas doradas y paisajes volcánicos que contrastan con el azul del océano Atlántico. Este rincón de la isla es uno de los destinos favoritos tanto para turistas como para locales, que buscan relajarse y disfrutar de la tranquilidad que ofrecen estas playas, alejadas de las zonas más concurridas.
Las playas de Papagayo son en realidad un conjunto de pequeñas calas, entre las que destacan Playa Mujeres, Playa del Pozo, Playa de la Cera, Caleta del Congrio y la propia Playa de Papagayo, que es la más famosa. Cada una tiene su propio encanto, pero todas comparten la misma belleza natural, con aguas serenas y transparentes, ideales para nadar, bucear o simplemente relajarse al sol. La zona, con sus acantilados y formaciones volcánicas, ha sido preservada prácticamente en estado virgen gracias a su estatus como área protegida.
Cómo llegar a las playas de Papagayo desde Puerto del Carmen
Desde Puerto del Carmen es un trayecto relativamente corto, de unos 25 kilómetros, que se puede hacer en aproximadamente 30 minutos en coche. El recorrido es bastante sencillo y está bien señalizado, ofreciendo además hermosas vistas a lo largo del camino.
Para empezar, hay que tomar la carretera LZ-2 en dirección sur hacia Yaiza. Al llegar a la rotonda de Playa Blanca, se toma la salida hacia el Área Protegida de Los Ajaches, donde se encuentran las playas de Papagayo. Cabe mencionar que el acceso a estas playas está regulado, y se cobra una pequeña tarifa de entrada, generalmente de unos tres euros por vehículo, que se utiliza para la conservación del parque natural.
El último tramo de la ruta no está asfaltado, lo que puede hacerlo algo más complicado para los conductores, ya que es una carretera de tierra, pero se puede transitar con coches normales sin demasiada dificultad. Este camino conduce a un aparcamiento donde los visitantes pueden dejar el coche y caminar hacia las diferentes calas que forman Papagayo. Para aquellos que prefieren no conducir, otra opción es tomar un barco desde el puerto de Playa Blanca, lo que proporciona una experiencia más relajada y pintoresca.
Una vez en Papagayo, es importante ir preparado, ya que la zona no cuenta con tiendas ni muchos servicios turísticos. Es recomendable llevar agua, comida y protección solar, aunque algunas calas tienen pequeños chiringuitos con una oferta limitada. Esto permite que los visitantes disfruten de un entorno más natural y auténtico, rodeados únicamente por el mar, el sol y el impresionante paisaje volcánico de Lanzarote.
Las playas de Papagayo son uno de los tesoros naturales de Lanzarote, ideales para quienes buscan paz y belleza en un entorno inigualable. La cercanía a Puerto del Carmen hace que sea una excursión fácil y accesible, perfecta para cualquier visitante que desee conocer uno de los lugares más hermosos de la isla.